El profesor Daiwon Moon

 


 

Nació en la pequeña aldea de Hap Duk, 200 Km. al sur de Seúl. Hijo de una buena familia en su región; siendo muy pequeño se lo llevaron a vivir a Seúl con la familia del hermano mayor de su papá, Dr. Chang Wook Moon, quien por ese entonces ocupaba una Secretaría de Estado en el Gobierno del Presidente Seung Mahn Rhee.

En el año de 1950 la invasión a Corea del sur había iniciado la familia Moon tubo que escapar de Seúl. El agotamiento hacia presa de los adultos, el papá y la mamá se turnaban en ese duro trabajo al cual no estaban acostumbrados. Habían transcurrido ya dos días, desde que emprendieron la marcha unto con miles de refugiados, que como mejor podían, estaban huyendo de la destrucción a la que los continuos bombarderos de los aviones de guerra azolaban lo que hasta un poco tiempo atrás fue la orgullosa ciudad de Seúl, que hoy se estaba convirtiendo solo en ruinas.

Para el pequeño niño de apenas siete años, con una gran mochila sobre sus hombros, esto comenzó como una gran aventura, al segundo día constante caminar, estaba cansado y con ampollas en los pies, sin embargo el miedo, casi terror de los adultos, el no compartía. En la columna había otros niños, para ellos todo era un juego. Cuando hacían un alto en el camino para descansar y retomar fuerzas, particularmente a la hora de la comida era la que daba más alegría a los niños, a ellos tocaba ir a los abandonados sembradíos a recolectar los pepinos y otros vegetales que acompañaban el arroz hervido. Esta era la dieta de los más afortunados.

Repentinamente, durante el segundo día de marcha se comenzó a oír a lo lejos un ronroneo que con el paso de los segundos se convirtió en un ensordecedor ruido, todos corrieron como mejor pudieron fuera del camino a ocultarse entre los árboles y piedras a la orilla de la vereda justo en el momento en que apareció un enorme avión que abrió fuego sobre los aterrorizados refugiados, varios de ellos fueron alcanzados por las balas. Nuestro pequeño niño se había ocultado bajo la carreta que fue alcanzada por varios disparos, por algún incomprensible milagro, ninguna bala le dio a él. Así se enteró que el viaje no era ningún juego ni aventura.

En ese lugar abandonaron la carreta y todas sus pertenencias y a toda prisa retomaron su camino hacia Hap Duk, su tierra natal distante todavía 130 kilómetros hacia el sur. Dos días después lograron llegar hasta su finca, en la que por el momento estaban a salvo. Siguieron tiempos muy difíciles para todos en Corea del Sur. Corría el mes de Julio de 1950, poco antes el ejército de Corea del Norte había cruzado el paralelo 38 invadiendo Corea del Sur fueron tomadas por sorpresa, por lo que en poco tiempo fueron empujados hasta el extremo sur de la Península Coreana.

Poco tiempo después la pequeña aldea de Hap Duk fue tomado por las fuerzas comunistas. Se vivieron tiempos de extremo terror bajo el dominio de los norcoreanos. La familia Moon tuvo que ocultarse entre los campesinos quienes los protegieron de los comunistas al ocultarlos en sus propia casad, ya que los hacendados y sus familias en el mejor de los casos eran deportados hacia Corea del Norte o incluso asesinados inmediatamente.

La guerra se prolongó hasta el año de 953 cuando con el apoyo de las fuerzas de la ONU, bajo el mando del general Mc. Arthur, los comunistas fueron repelidos mas allá del paralelo 38. Son estos algunos de los primeros recuerdos del Prof. Daiwon Moon cuando era niño.

En el año de 1957 el joven Daiwon Moon, se había convertido en un adolescente inquieto, que encontraba su mayor alegría en la práctica de los deportes, a los 14 años, cursaba el segundo grado de secundaria, desde pequeño había demostrado su pasión por las carreras y el fútbol, pero sobre todo cuando llegaba el invierno y congelaba el lago que estaba a la orilla de Hap Duk, gustaba de patinar sobre hielo junto con sus amigos, con quienes solía organizar carreras de velocidad en las que generalmente él ganaba, la sensación de libertad y velocidad que experimentaba sobre el hielo era inigualable y lo hacía muy feliz.

Corría el mes de febrero de 1957, cuando un amigo suyo compañero de la escuela, le comento acerca de un Doyang donde se practicaba Tang Soo Do un arte marcial “místico y mortal”, donde enseñaban técnicas de combate. Después de algunas dudas decidieron inscribirse juntos.

El Doyang era una simple lona detenida por cuatro maderas y el piso de tierra sin embargo en cuanto se acercaron al lugar los impacto la fuerza e respeto y la disciplina que emanaban de allí..

Un joven Sabomnim daba ordenes que los alumnos avanzados obedecían con precisión mientras que al fondo varios alumnos principiantes eran enseñados por otro alumno mas avanzado. Se enteraron que para poder tomar clases con el Sabomnim, deberían primero aprender todos los movimientos básicos y aprobar un examen, lo cual normalmente tornaba de 20 a 30 días.

El observar esa primera clase del Sabomnim CHUN YONG HA, cambió la vida del joven Daiwon, ningún deporte reunía todas las características del arte marcial, los saltos, las patadas, los golpes, la fuerza pero sobre todo el espíritu que se trasmitía, le hizo experimentar una sensación basta ese momento por él desconocida. Era una sensación de plenitud.

Esa noche casi no durmió esperando que amaneciera. Las horas de clases por la mañana se hacían eternas para llegar al Doyang por la tarde. Finalmente llegó el momento, casi corriendo recorrió la distancia entre su casa y el Doyang. Al llegar le ordenaron que pasara al fondo en una esquina donde su practicante avanzado le comenzó a enseñar los movimientos básicos. Dos horas después había aprendido todos los movimientos que el alumno avanzado le podía enseñar. No sólo había aprendido sino que dominaba las técnicas tanto de golpes como de patadas. Ese día a los 14 años Daiwon descubrió el Arte Marcial, ningún deporte se le podía comparar. Rebosante de alegría emprendió su camino a casa. Durmió feliz, como nunca.

Al siguiente día se presento con el alumno que lo había enseñado el día anterior, pero este le dijo que yo tenía nada que enseñarle, que se uniera al resto de la clase con el Sabomnim Chun Yong Ha y así lo hizo. Cuando el Sabomnim lo vio en su clase, le gritó que hacía allí, que se fuera al rincón a practicar, con un poco de temor Daiwon le dijo que su Maestro lo había enviado con él. El Sabomnim llamó al maestro y le preguntó por qué le había enviado al estudiante, con mucho respeto le contestó que él ya no tenía nada que enseñarle. El Sabomnim se volvió al joven Daiwon, le ordenó que hiciera los movimientos básicos, golpe medio, defensa baja. Como si la vida le fuera en ello, con toda su fuerza el joven Daiwon siguió las órdenes del Maestro. Este sorprendido por la habilidad del joven sobre todo al ejecutar las técnicas de pies lo aceptó en su clase.

Siguieron días, semanas, meses de intenso trabajo. El Sabomnim Chun Yong Ha, era extremadamente duro y exigente. Llego la época de lluvias y el Doyang se convirtió en un lodazal, sin embargo ninguno de los alumnos faltaba a clase sin importar si hacía frío o calor. Fue en esta época en que se forjo el carácter y la disciplina del adolescente Daiwon Moon.

En la búsqueda por lograr una mejor preparación después de estudiar durante 2 años en la Universidad de Kyun Hee la carrera de Ciencias Políticas, en el año de 1962 viajó a los Estados Unidos para estudiar la carrera de Arquitectura, en la Universidad de East Texas State, en Commerce, Texas.

Al poco tiempo de estar en la Universidad, algunos de sus compañeros se enteraron de que el joven Daiwon Moon era Cinta Negra de “Karate" por lo que un día para probarlo le llevaron unos tabicones muy duros y antiguos, que desenterraron para que los rompiera. Al joven Moon le pareció una tarea imposible, los tabicones eran demasiado duros. Usando toda la fuerzo, espíritu y concentración de que era capaz, trató de romperlos en dos ocasiones, fracasando en su intento, frente a la cada vez más burlona mirada de sus amigos; sin embargo, al tercer intento los tabicones saltaron en pequeños pedazos ante el gran impacto del tercer golpe lo que sorprendió grandemente a sus compañeros.

A raíz de este hecho la popularidad del joven estudiante coreano creció en toda la Universidad y no pasó mucho tiempo para que algunos de los alumnos lo buscaran para pedirle les impartiera clases de ‘Karate"; sin embargo, cuando le preguntaron cuánto les cobraría; el joven Daiwon Moon se ofendió y se negó a dar las clases, pero ellos insistieron, hasta que aceptó darles clases sin cobrarles un centavo, más bien por la oportunidad que para él representaba el poder aprender inglés más rápidamente a través de la convivencia más cercana con ellos.

De esta manera el Prof. Daiwon Moon se inició como Maestro de Artes Marciales a la edad de 20 años en la Universidad de East Texas State.

En Tulsa Oklahoma, E.U.A., se celebra el Campeonato Nacional Abierto del Sudoeste de los Estados Unidos. Para el Prof. Daiwon Moon, joven Maestro de escasos 20 años, quien apenas un año atrás había emigrado a los Estados Unido desde Corea, participa en su primera competencia de A Marciales.

El asistió invitado a participar como juez en dicho Torneo lo que hizo con sumo agrado sin embargo al tocar el turno a la competencia de Cintas Negras los organizadores le pidieron que compitiera, él se negó en un principio. pero ante la reiterada insistencia de los organizadores y su propia curiosidad por experimentar este nuevo aspecto de las Artes Marciales (cabe destacar que ese entonces él nunca había competido formalmente ya que las competencias plenamente reglamentadas se iniciaron en Corea hasta 1963, y el Prof. Moon había abandonado su país natal en 1962), o Karate como eran conocidas las Artes Marciales en aquel tiempo. Finalmente accedió a competir, con la sola experiencia que había tenido como juez ese mismo día en las competencias de otras cintas.

En aquellos tiempos la competencia en si era un tanto rígida ya que no se practicaba una gran variedad de técnicas y mucho menos de pies y el uso de los puños era prioritario, más bien eran la fuerza y el coraje de un competidor lo que lograba los triunfos. El reglamento mismo de competencia restaba fluidez al combate que al lograr un punto, alguno de los contrincantes el juez central debía detener el combate agitando una bandera y podía ser secundado o no por los otros jueces de esquina.

En su primer combate tocó al Prof. Moon enfrentar al gigante Terry Connor, No había forma de evitarlo era un manojo de nervios sin embargo armándose de valor al iniciar el combate, tomó impulso y dando un descomunal salto conectó una patada de lado en el pómulo derecho de Terry, quien totalmente sorprendió abrió desmesuradamente los ojos mientras trastabillaba confundido ante la agilidad, fuerza y velocidad de este “pequeño” coreano que con tal velocidad lo había impactado. Este primer golpe dio confianza al Prof. Moon quien a partir de ese momento siguió conectando con gran rapidez una serie de patadas a la gran humanidad de Terry, ante la total desesperación de este. De esta manera el Prof. Moon ganó de manera espectacular el primer combate de su vida.

En su siguiente combate le tocó enfrentar a PAT BURLENSON, un muy experimentado competidor que tenía fama de noqueador. La pelea fue muy difícil, BURLENSON era escurridizo y hábil. Fue combate de un solo punto, cuando casi al final en un descuido el PROF. MOON conectó una patada en la cara de BURLENSON, ganando la pelea. Por lo que la final del torneo se dio entre ALEN STEEN y el PROF. MOON. Llegado el momento del combate el Prof. Moon nuevamente sintió miedo, pero al clavar su mirada fijamente en los ojos de ALEN STEEN, pudo sentir, casi palpar el miedo de éste, Con todo el arrojo y coraje que era capaz, se abalanzó sobre STEEN, quien lo esquivó; en la siguiente acometida el Prof. Moon le conectó a la cara con una patada de lado saltando. En ese momento supo que podía ganar. Cuando menos tres veces más lo conectó con fuerza a la cara y al cuerpo apenas recibiendo dos golpes con el puño. Esto le permitió alzarse con la victoria. Ante el asombro de los espectadores el Prof. Moon ganó su primer Campeonato en su primera competencia.

Tiempo después, participó junto con cuatro alumnos, un Cinta Marrón, un Cinta Azul, un Cinta Verde y un Cinta Amarilla, en el Torneo US Karate Championships en la ciudad de Dallas, Texas. Los cinco ganaron medalla de oro en su categoría. El Prof. Moon inclusive, después de ganar la categoría de Cintas Negras Ligero, compitió con el ganador de la otra categoría en que estaban divididos los Cintas Negras, la pesada; compitieron por el título de Gran Campeón del Torneo, que fue ganado por el Prof. Daiwon Moon, con lo que además lograron ganar el trofeo de Mejor Escuela.

Cinco competidores, siete trofeos de Primer Lugar, ante otras escuelas con un número mucho mayor de competidores, este hecho motivó que el periódico más importante de la ciudad de Dallas, Texas, titulara su encabezado dominical con la frase: “Korea Moon shines over Texas…” (La luna de Corea brilla sobre Texas).

El Prof. Daiwon Moon continuó participando en los Torneos más importantes de la época con invitación expresa de los organizadores, quienes le pagaban boletos de avión y viáticos; fue así como durante los años 1964, 1965 y 1966, ganó de manera consecutiva el Campeonato Nacional de los Estados Unidos, un hecho hasta la fecha sin precedente en la historia de las Artes Marciales de aquel país.

Por medio de estos experiencias logró fama y reconocimiento que le permitió enfrentar y vencer a rivales tan importantes como Mike Stone, Skipper Mullins, Chuck Norris, Joe Lewis y Bob Wall. Fue también por esa época que tuvo la oportunidad de conocer y convivir de manera personal con Bruce Lee, el hombre leyenda más importante en el mundo de las Artes Marciales hasta nuestros días.

Estos destacados triunfos le abrieron las puertas a los Torneos de mayor relevancia en los Estados Unidos, en lugares tales como el Madison Square Garden y el Hotel Waldorf Astoria en New York, el Chicago Amphiteather, la Long Beach Arena en los Angeles y en el Amory en Washington, D. C.

En el año de 1968 decide dedicarse a la enseñanza del Arte Marcial, por lo que abrió su primera escuela privada en la ciudad de Houston, Texas.

A finales de ese mismo año es invitado por e Dr. Manuel Mondragón y Kalb a impartir un Seminario de "Karate Coreano", a los alumnos más avanzados de la Asociación Mexicana de Karate Do. Este primer encuentro de el Prof. Daiwon Moon con México resultó un verdadero descubrimiento tanto para él, como para los alumnos, por lo que fue invitado a impartir clases de manera definitiva en México.

El 16 de mayo de 1969, el Prof. Daiwon Moon llegó a nuestro país para establecerse de forma definitiva, dando inicio a lo historia de Moo Duk Kwan y del Taekwondo en México.