Pagina 5 de 6

LA OCUPACIÓN JAPONESA Y EL MOVIMIENTO PARA LA INDEPENDENCIA DE COREA


El gobernador general japonés en Seúl estaba principalmente interesado en la explotación económica del país. De ahí que promoviese la emigración de agricultores y pescadores japoneses a Corea mediante la entrega gratuita de tierras o su venta a precio simbólico. El gobierno colonial japonés exportó grandes cantidades de arroz de la producción coreana mientras que los coreanos sufrían un serio déficit alimenticio. Al tiempo que los japoneses prosperaban a costa de los recursos coreanos, el nivel de vida de Corea sufría un deterioro drástico. Como resultado, cientos de miles de campesinos coreanos abandonaron sus granjas y emigraron a Manchuria o Japón, sólo para encontrarse allí con la vida no más fácil.
La autoridad colonial japonesa fomentó el niponismo entre los coreanos. Los intelectuales coreanos se enfrentaron en contra de la política oficial de asimilación japonesa. Hicieron valer sus diferencias y lucharon por distanciarse culturalmente de sus colonizadores. En 1919, los coreanos iniciaron una serie de protestas a escala nacional que habría de costar miles de vidas. Este movimiento independentista no tuvo éxito de derrotar a los japoneses, pero proporcionó a los coreanos firmes vínculos de identidad nacional y patriotismo que condujeron a establecer un gobierno provisional en Shanghai y a organizar la lucha armada contra el colonialismo japonés en Manchuria.
 


LA FUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA


Los coreanos recibieron con gran alivio y satisfacción la derrota japonesa al final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, su alegría habría de ser breve. La liberación no trajo la independencia por la que tanto habían luchado los coreanos, sino el comienzo de los conflictos ideológicos en un país dividido. La ocupación de Corea dividida por la Unión Soviética y por los EE.UU. hizo fracasar el deseado establecimiento de un gobierno independiente.
En noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que convocó una elección general bajo la supervisión de una comisión de las Naciones Unidas. No obstante, la Unión Soviética rehusó acatar la resolución de las Naciones Unidas y denegó el acceso de su comisión al norte de Corea. La asamblea general de las Naciones Unidas adoptó una resolución nueva, convocando esta vez las elecciones a regiones accesibles a la Comisión. Las primeras elecciones se celebraron el 10 de mayo de 1948 en la zona sur del paralelo 38 y el gobierno de la República de Corea quedó establecido el 15 de agosto. El Norte impuso un régimen comunista al mando de Kim Il-sung, un gobernante de corte estalinista con poderes absolutos.

El 25 de junio de 1950, sin motivo alguno, Corea del Norte lanzó una invasión a gran escala hacia el sur, dando comienzo a una guerra que habría de durar tres años. Por esta campaña de fuerza de los coreanos comunistas del Norte, todo el territorio resultó completamente devastado y millones de persones quedaron sin hogar y separadas de sus familias. En julio de 1953 se acordó un alto al fuego y, desde entonces, ambas partes han realizado contactos en repetidas veces para restaurar las relaciones.
La reunificación continúa siendo una anhelada pero elusiva meta de los coreanos a ambos lados de la bien vigilada línea de demarcación. La caída del comunismo en la Unión Soviética y Europa Oriental, así como la reunificación de Alemania, han engendrado en Corea la esperanza de que también aquí podrá alcanzarse la reunificación en un futuro no muy lejano. En los últimos años, parecía que se progresaba el espíritu de confianza y cooperación entre las dos mitades de la península, pero la amenaza del programa de desarrollo de armamento nuclear en Corea del Norte constituye un obstáculo que impide progresar. Todavía el camino es largo y tortuoso para que la Organización de Desarrollo de Energía en la Península Coreana (KEDO) evite el desarrollo de reactores nucleares y de otros proyectos nucleares en Corea del Norte.